sábado, 11 de septiembre de 2010

El kitsch: la estética del mal gusto


Una de las características de la cultura de masas está basada en la estética kitsch. Este estilo, podría describirse del siguiente modo:

1. Toma procedimientos de la vanguardia artística, esto es, de las expresiones artísticas más innovadoras, y los "adapta" a un nivel accesible a las grandes masas. Esto es que, simplifica y superficializa la manifestación artística para ampliar las audiencias.

2. Tales procedimientos son empleados solo cuando las vanguardias se han difundido lo suficiente hasta ser aceptadas (es decir, cuando dejaron de ser innovadoras), de esta forma, se evita el riesgo de rechazo.

Ejemplo

Programas de televisión que imitan el montaje rápido y fragmentado de las películas de Quentin Tarantino (Tiempos Violentos), quien es considerado un cineasta vanguardista.

3. El kitsch busca siempre un efecto inmediato y fácil, para lo cual, apela a los lugares comunes, esto es imágenes y palabras de reconocida efectividad. De esta forma, recurre a la redundancia, insistiendo con un mismo recurso.

Ejemplo

En las telenovelas, a través de la sobreactuación, musicalización para el efecto "romántico". O en el cancionero romántico, el abuso de frases y palabras tenidas por "románticas".

4. Pretende engañar al consumidor pasando tales productos por manifestaciones artísticas genuinas, cuando en realidad, solo se trata de versiones vulgarizadas.

5. Como el consumidor cree haber accedido a la cultura, el kitsch cumple una función "tranquilizadora" que desvía el interés por otro tipo de inquietudes.

Ejemplo

Productos televisivos retenidamente "culturales" que son producidos industrialmente y no representan manifestaciones artísticas.

Críticas a la cultura de masas

1. Como se dirige a un público muy amplio, y con el objetivo de satisfacer sus expectativas, evita propuestas originales que puedan disgustar a algún sector en particular.

2. Como es un mensaje desinado a una clase de tipo homogénea, tiende a neutralizar las diferencias particulares de cada grupo étnico.

3. No promueve modificaciones en la sensibilidad o el gusto de de las masas.

4. No fomenta la reflexión, alimentando emociones superficiales e inmediatas.

5. Los consumidores están sometidos a las leyes de oferta y demanda.

6. Ofrece al público únicamente lo que éste desea, o peor aún, le sugiere lo que debe desear.

7. Elimina las diferencias entre las elaboraciones de la cultura de élite y la industria del espectáculo y el entretenimiento.

8. Estimula una perspectiva pasiva y poco crítica.

9. Opera en el plano de las opiniones comunes en base al refuerzo existente previamente en el seno de la sociedad.

10. Propicia el conformismo.

11. La clase dominante suele utilizarla como vehículo del control social.

12. Utiliza modelos impuestos verticalmente para impedir del ascenso y progreso de las masas.

Cultura de Masas

Hacia la segunda mitad del siglo XX, posiciones encontradas comienzan a debatir respecto a la aparición de multitudes en la vida social, lo cual a partir de las tecnologías de la comunicación, se transformó en un fenómeno evidente y perdurable. La industria cultural, irrumpe en el escenario con novedosas propuestas, por cierto, en muchos casos, más que cuestionables. Surge pues, el concepto de cultura de masas, término ambiguo que pretende incluir los medios de comunicación audiovisuales (radio, cine y TV), como a la gráfica (diarios y revistas) y a la industria editorial (Best sellers, literatura de consumo masivo).

En este contexto, los medios poseen los bienes culturales al alcance de todos, adecuando el contenido muchas veces, al "nivel" del receptor, esto es, haciendo que la asimilación sea más simple e incluso superficial. Este proceso de "adaptación" de los contenidos, se traduce en una extensión del campo cultural.

Surge entonces, la necesidad de contextualizar la cultura de masas: es imposible conocerla si se pasa por alto que los medios de comunicación se desarrollan en el momento exacto en que las grandes masas comienzan a ser protagonistas de la vida pública, imponiendo así un lenguaje propio y exigencias particulares. Sin embargo, Eco apuntará que el modo de divertirse, de pensar, de imaginar de las clases populares es inducido por los medios y responde a los modos de pensar de la clase dominante. Y en este sentido, los medios proponen situaciones que no tienen ninguna conexión con la realidad de los consumidores. En síntesis, la cultura de masas ofrece expresiones culturales de la burguesía a los sectores populares.

No hay comentarios:

Publicar un comentario